Si de días de la semana se trata, el domingo es un día destinado al más cruel e innecesario castigo autoinfligido. La potencia destructiva se ve incrementada si la tarde se enmarca en un cielo nublado que te recuerda, indirectamente, que en tu vida no hay sol.
Ahora bien, me disculpo por abandonar por unos momentos la solidaridad hacia mi género y admitiré, con poco orgullo, que las mujeres somos “las Reinas del Masoquismo” y gobernamos de taquito el reino del “Me encanta sufrir”.
A través de los años, hemos perfeccionado nuestra capacidad de adornar los recuerdos dolorosos con canciones melosas que chorrean historias de amor cursi, fotos viejas de “cuando era feliz” y, según el gusto, ¼ de helado de chocolate amargo. ¡Por favor, mujeres! Hacer esto y extirparse el corazón para venderlo en el mercado negro luego de azotarlo con un látigo de 5 puntas es, prácticamente, lo mismo.
Desde luego, si la nostalgia de un amor que “no fue” ataca mi día, lo último que debería hacer es pedirle a Alejandro Lerner que me recuerde lo maravilloso de “Amarte así”. Aún peor, si soy una profesional en el asunto, escucharé ininterrumpidamente a Montaner, quien - a modo informativo – me explicará que “la noche dura un poco más” cuando estás “Tan enamorado”. Más más más: si no temo a los desafíos, veré "Diario de una Pasión" y adelantaré "Titanic" hasta el instante en que Leo DiCaprio, tipo estatua de hielo, suelta la mano de Rose (o al revés, dado que Leo ya estaba… muerto) y se hunde cual ancla hacia las profundidades del océano. Y así, durante los 10 segundos más eternos del mundo cinematográfico, veremos el rostro angelical de “Jack” descender hacia la oscuridad. ¡Oh!
¡Muerte a todos ellos! A las canciones que te apuñalan el último suspiro de racionalidad, a las fotos empolvadas y a las películas que cuentan historias de amor que, tal vez, podrían ser verdaderas… en el decimonoveno planeta de una galaxia aún no descubierta.
Quisiera que algún individuo, con conocimiento de causa, argumentara al menos UNA consecuencia beneficiosa de revolver frenéticamente nuestro pasado cuando aún no fue superado. Es casi tan incompatible como iniciar una rigurosa dieta y hacer una visita guiada por Mc Donalds. “No pasa nada, puedo resistirlo”, repetís inútilmente en tu mente mientras correteas entre hamburguesas grasosas y crocantes papas fritas que te invitan a sumarte a esa fiesta de calorías y sabores.
Otra actividad autoflagelante que se ha vuelto tendencia en este mundo 2.0 es la de devorar las redes sociales cual Sherlock Holmes en una búsqueda desenfrenada por hallar pruebas. Se rastrea el universo cibernético para cerciorarnos que él/ella es una persona infeliz desde que no somos parte de sus días. Y aquí lo más bajo: nos hacemos cargo de canciones y frases que poco tienen que ver con nosotros pero, con una habilidad asombrosa, hallamos puntos de conexión impensados:
1. ESTADO DE FACEBOOK / TWITTER: “Que buena milanesa napolitana con papas que me comí con los muchachos!”
2. PUNTOS DE CONEXIÓN: La milanesa napolitana se vendió por primera vez en Buenos Aires en la década del 30, años de una profunda crisis económica mundial conocida como La Gran Depresión, post caída de la Bolsa. Asimismo, hay una variedad de papa llamada Desiree, casualmente, el mismo nombre de la primera esposa de Carlomagno, cuyo significado es “la más deseada”.
En 1970 se estrenó la película “Muchacho” protagonizada por Sandro, quien interpretaba a un isleño empobrecido que se enamoraba de una chica de la alta sociedad, pero el padre se oponía a este amor.
3. INTERPRETACIÓN: Está sumergido en una profunda angustia y depresión. Es tanto el deseo que siente por mí que quisiera pedirme que sea su esposa. Lo único que lo detiene es la presión de su entorno, sabe que pertenecemos a mundos distintos, pero está dispuesto a luchar por este amor aunque esto implique enfrentarse con su propio padre. (¿?)
¿En qué momento nos volvimos expertas en derrapar de este modo? ¡Por favor!
La próxima ocasión en que mi voluntad comience a resquebrajarse, pondré a todo volumen la discografía completa de Marilyn Manson, preferentemente aquéllas que hablen sobre tripas en descomposición. Veré sin descanso las cuatro "Terminator", "Cementerio de Animales" y remataré la noche con "Alien Vs Depredador". Dado que el chocolate suele asociarse con los regalos, los regalos con los aniversarios, los aniversarios con el amor y etcétera de asociaciones poco felices, el cacao quedará completamente anulado de la dieta diaria. En su lugar, le entraré sin pena a un salamín picado fino y un buen Leverbush, cuyo nombre sugiere cualquier cosa menos pasión y ternura.
Elemental mis queridas amigas, elemental.
Tefi Toretti Perrone
14 de Marzo de 2011
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