lunes, 24 de enero de 2011

Manual del Cobarde

El hombre sincero* pasó de moda. Si bien aún se conservan un par de ejemplares, el instinto natural de supervivencia y preservación de su especie los ha llevado a esconderse en lugares recónditos. Hallar un homínido de esta naturaleza es casi tan complicado como acostarse con el pelo mojado y esperar no amanecer pareciendo la hermana gemela de Krusty el payaso.

* Espécimen masculino muy primitivo extinguido hace 3,9 millones de años.

En la entrega del día de la fecha, encontrará cuatro sencillas estrategias para usted, hombre de poca monta, que desea poner fin a la relación que ya no lo llena. ¡99,9% de efectividad comprobada!


Estrategia 1: EL DESAPARECIDO


Chica x: Aló… ¿está Mariano?
Chico x: (disfrazando la voz): Mariano is dead.
Chica x: :O
Chico x: Mentira, mentira, pero viajó al país de Nokiero Vertemáz.
Chica x: ¿Y cuándo regresa?
Chico x: Y… ¿por qué el cielo es celeste? ¿qué gusto tiene la sal?. La vida está llena de interrogantes que aguardan a valientes capaces de sumergirse en la ardua lucha del descubrimiento. La conciencia de la propia ignorancia es un paso firme hacia la virtud del saber: “Sólo sé que no sé nada”.
Chica x: Mariano ¿sos vos?.
Chico x: …tuuu tuuu tuuu


Estrategia 2: EL INDIFERENTE

Chica x: El jueves qué haces?
Chico x: Juego al fulbo con los pibes.
Chica x: y después?
Chico x: ceno con unos amigos.
Chica x: y después?
Chico x: voy a ver la saga del Señor de los Anillos y leer el Larrouse Ilustrado, boca abajo y de atrás para adelante.
Chica x: y después?
Chico x: planto un árbol, escribo un libro y dono un órgano. Y tal vez me aprenda de memoria las aplicaciones, propiedades y efectos de los elementos de la tabla periódica, en japonés.
Chica x: y después?
Chico x: bueno, si querés salimos.
Chica x: :)


Estrategia 3: EL OFENSIVO

Chica x: Quisiera que el día de mañana, a nuestra hija, la llamemos Penélope.
Chico x: Sabes la cantidad de nombres de mis futuros hijos que ya escuché.
Chica x: Bueno, pero éste es “especial”.
Chico x: Sí, claramente sí. Los amiguitos la van a llamar “Pene”; copado andar por la vida con apodo de miembro viril masculino.


Estrategia 4: EL MENTIROSO

Chico x: Mirá, la paso re bien con vos. Sos una mina divina por dentro y por fuera; jamás me sentí así con alguien, pero…
Chica x: pero…
Chico x: desde pequeño he soñado con hallar el propósito de mi existencia y paso por este mundo. Entonces, con sudor y lágrimas, decidí unirme a un escuadrón voluntario de jóvenes solidarios, héroes de la nueva era. El mes entrante nos adentraremos en la amenazante Selva Amazónica hasta llegar a una colonia de focas bebé.
Chica x: ¿En el Amazonas hay focas?
Chico x: ¡Miles! ¡Por favor, mujer!… y son huérfanas. Algunas son discapacitadas porque perdieron extremidades devoradas por feroces caimanes.
Chica x: Suena peligroso. ¿Y con quiénes vas?
Chico x: Chicos valientes, veterinarios, lugareños que nos enseñarán el camino para no perder la vida en trampas mortales, mi ex, autoridades de la asociación, bla bla.
Chica x: ¿Perdón?¿…Tu ex?
Chico x: Ah sí… Pero tenés que ver las fotos de las foquitas BE - BE, son pequeñitas bolitas peluditas blanquitas con ojos cristalizados tras ver a sus padres morir, al cabo de eternas horas de agonía.
Chica x: ¡&%#/&$ qué me importan esas focas sarnosas de la selva amazónica! No puedo creer que vayas con tu ex.
Chico x: Qué la boca se te haga a un lado, mujer. ¡Si te escuchara Ace Ventura!

Desde luego, una serie de requisitos son indispensables para la puesta en práctica de las mencionadas estrategias: dotes actorales de película hollywoodense de bajo presupuesto, cara de “yo no fui”, buena dicción aún cuando se miente y un corazón remojado en nitrógeno líquido.

Junto con la compra del Manual, usted recibirá: 1 libro ilustrado con animales “bebe”, 1 tabla periódica en japonés, 1 distorsionador de voz y 2 cojones de goma espuma tamaño real.

¡Llame ya!



miércoles, 5 de enero de 2011

Así de simple

Desde que tengo uso de razón, he defendido dos grandes ideales grabados a fuego en la bandera de mi infinita ternura:

  • En primer lugar, nunca más permitiría que me corten el pelo como Mafalda. Es aceptable si sos una caricatura regordeta e iracunda con visiones revolucionarias que poco se interesa en asuntos superficiales del tipo “ese corte de pelo te hace cara de paty”. Pero definitivamente es una invitación free pass a la exclusión social si sos un púber en pleno desarrollo de tu identidad.

  • En segundo lugar, no olvidar jamás que los sentimientos son SIMPLES.

Los sentimientos son de generación inevitable pero reacción controlable. Desde luego, la efectividad en ese “control” podrá verse afectada por un número considerable de variables:

  • El grado de concentración alcohólica que corra por las venas:
    Un par de tequilas alborotan de pies a cabeza toda dimensión conductual incentivando al borrachín, carente de filtros, a decir sin pudor cuanta guarangada venga a su cabeza. Aquello que evitaste confesar bajo la premisa de “todavía me quiero un poquito como para continuar arrastrándome cual trapo mugriento con aroma a perro mojado en un callejón abandonado”, por arte de magia, se desprende furiosamente de tus labios entre balbuceos, letras arrastradas y ojitos a medio abrir.
    ¡Salud, muchachos!

  • Esa sensación extrema que recorre cada gramo de tu existencia pidiendo a gritos que hables ahora o calles para siempre. Algo así como estar inmovilizado a centímetros del andén mientras un tren de alta velocidad se lleva tu corazón sin saberlo. ¡Momento, eso es mío!.
    Privarse de decir cosas, sea cual fuere la razón, es similar a un pellizco punzante en el rollito más carnoso; es respirar en profundidad y aún así sentirse tan ahogado. La cuenta regresiva de esta “bomba interior” + “tren que se va” incentiva maliciosamente a soltar de una vez por todas tanto sentimiento reprimido bajo la falsa promesa de calma post tormenta.
    Tic tac tic tac (efecto sonoro de bomba activada con un despertador adherido)

  • "Por las noches la soledad desespera", canta la Bersuit mientras muevo el pie al ritmo de una canción que espero no se torne autobiográfica.
    El reencuentro con uno mismo es siempre productivo al menos que seas un asesino serial, lo cual implicaría una introspección algo suicida. Pero la soledad elevada a la máxima potencia en aquellos cansados de su compañía - ¡valga la contradicción! - es un piquete a la razón*.
*Premisa no aplicable a los corazones fríos

Una vez repasados algunos de los tantos mecanismos que atentan descaradamente contra el control eficaz de sentimientos, retomamos la explicación inicial.

Identificar lo que se siente es sencillo, tanto como determinar si te gusta o no te gusta el helado de limón. Complejo es entender el porqué de ese sentimiento (y aquí la razón por la cual los psicólogos siempre tendrán trabajo). Asimismo, explicarlo con las palabras justas cuando alguien indaga al respecto y no recaer en un trabalenguas mortal en donde acabas por decir “te odio” en lugar de “te quiero” no es tarea fácil.

- Chico x: ¿Te gusta el helado de limón?
- Chica x: sí, obvio
- Chico x: ¿Y por qué?
- Chica x: ehhh bueno, sí... claro, pasa que es frutal, ácido y... amarillo. Me gusta el amarillo; Píkachu era mi Pokemon favorito (?). ¡Me gusta y punto!


En mi maravilloso mundo utópico, cuando los sentimientos adquieren la fuerza necesaria dan lugar a un panorama limpio de dudas. En este cielo despejado, los miedos y fantasmas - aunque inquilinos permanentes y quejosos - pierden voz y voto.

Empiezo a creer con mayor convicción que cuando todo se complejiza, invaden las preguntas y cada acción se razona y repasa haciendo un mundo de ello, se pone en evidencia la debilidad de las pasiones involucradas.

Los sentimientos no se piensan.
Así de simple, vio.